Una tarde azul, con estilo brillante e impecable entrevista con Pepita Cedillo Vicente (Barcelona, 1964), donde el embrujo de los libros, la pasión de Lengua de Signos y la amistad de las personas sordas, para ofrecernos una pequeña aventura de reflexión a través de un laberinto de secretos de sentimientos de Pepita Cedillo, Contó su historia de la infancia.  Pepita pasó su niñez entre los entornos educativo supuestamente sociales; relaciones familiares y profesionales donde ocasionalmente su educación se repartió en dos lenguas: el bilingüismo y por otros lados vivió con toda normalidad. Su madre no notó su lentitud para aprender a hablar, y tampoco descubrió algo extraño por su pronunciación  clara. Más tarde  le diagnosticaron sordera congénita, cuando le identificó el problema era parecido a su hermana que también es sorda. Tras descubrir la sordera, Pepita estudió voluntariamente y habló en dos lenguas. Fue educada en el colegio de Llars Mundet, estudiando en común y además aprendió a hablar por la logopedia. Después, previo a su compromiso, decidió ser profesora de los niños sordos con su ilusión del futuro que se era educar a los alumnos sordos. Los pasó en compañía de sus sentimientos que no  expresó porque no  sabía cómo  manifestar  sus reflexiones; y fue luchadora de toda la desigualdad. Unos años más adelante, su sueño ya se cumplió al convertir en verdaderamente la transformación que la llevó de ser una entusiasta joven estudiante, su objetivo es ser una maestra de educación especial a los niños sordos, hasta convertirse en una controvertida diplomada en Profesorado de Educación General Básica, especialista en la Patología del Lenguaje y profesora de Lengua de Signos Catalana.

En la actualidad, esta trabajando como maestra y logopeda del Centro de Recursos Educativos para Deficientes Auditivos de Cataluña (CREDAC) en la Escola Tres Pins. En el descubrimiento de sus libros de “Mira te lo dijo” y “Háblame a los ojos” entre los años 1995 y 2009, una profesora obsesionada con un sentimiento posible recibe la petición de una larga conversación para escribir un libro como no ha existido nunca a cambio de una evidencia y, tal vez, mucho más. Pepita Cedillo Vicente es conocida por miles de personas en toda la nación. No obstante, muy pocos han tenido alguna vez ocasión de escuchar cómo ella misma explica su extraordinaria trayectoria vital. Contó con candor, sentido sobre su infancia en su barrio, estudios en escuelas especificas, como en escuelas de integración como Llars Mundet tanto la logopedia. Contando que los años de una experiencia educativa desde un punto de vista personal, nos ofreció explicando verbalmente con su propia lengua de signos una historia de lo que fue una lucha por la educación democrática y preocupada por las dificultades del alumnado, accede en un centro universitario, y también para las personas sordas que necesitan desahogar sus remordimientos a través de la comunicación aunque sea sencilla, sobre todo, conservando el valorado idioma de Lengua de Signos Catalana. Por cierto, las personas sordas son como oyentes, pero por culpa de la educación tienen más dificultades para comprender textos escritos muy complicados, pero tienen las mismas capacidades  que cualquier persona oyente. Conceptualmente, las dos lecturas útiles e interesantes para dar unas consecuencias de reconocer mejor a los sentimientos de Pepita como los demás si es posible que se expresarán en otras maneras a través de expresar algo específicamente. Esa es una forma de dar un buen ejemplo, así expresa por dentro de la entrevista; “¡Qué ejemplo de amor por el sentimiento, fuerza y solidaridad!”. (Raquel Barandiaran Franzi/lescroniques.com)

Photo by Pedro Arias Redo