Aprender sin oír, es la complicada tarea a la que se enfrenta diariamente Fiana Andrea, una estudiante de cuarto de la ESO que necesita en clase mucho más que un profesor. Para ella, la figura del intérprete de lengua de signos es imprescindible. Casi 500 niños en Castilla y León asisten a la escuela, aunque no puedan oír las explicaciones de sus profesores.

Un puente de comunicación a tan sólo unos centímetros porque, sin el intérprete, el asistir a clase no sería garantía de aprendizaje para estos alumnos. Sólo el 10% del alumnado con ésta discapacidad necesita la figura del intérprete, el resto precisan de otras ayudas. Son los que comunican en lengua oral y gracias a las operaciones o los audífonos, han conseguido oír. Una de esas ayudas podría ser la emisora FM, una herramienta que permitiría entender mejor al profesor, aunque ellos también deben hacer un esfuerzo en la integración de estos chavales […] […]  (Ana Rayaces / rtvcyl.es)

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