Los derechos del sordo se quedan en el papel
Díaz Robledo no solo está preocupada por los “recortes que afectan a las personas sordas en todos los ámbitos”, sino también por ajustes más
generales. Dice: “Cualquier recorte en servicios básicos como la educación o la sanidad afecta con más fuerza a los colectivos más necesitados, por el simple hecho de que parten de una situación de mayor necesidad y menores recursos. Los recortes en educación suponen un retroceso importante en un ámbito estratégico del que depende el futuro de las personas sordas, necesitadas hoy más que nunca de recursos como intérpretes, docentes sordos, profesionales sordos especialistas en lengua de signos, logopedas o profesorado de apoyo”.[…][…] (Juan G. Bedoya/ elpais.com)
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