Entre los 2.244 alumnos que comenzaron las pruebas de Selectividad, tres chicas demostraron que contar con una cierta discapacidad no supone ninguna barrera para conseguir lo que uno se propone. Nervios ante lo desconocido al comenzar y tranquilidad y alegría por la tarde. Andrea Incera Terán, María Pezonaga Gracia y Amaia Jauregui Idoate superaron la primera jornada de la Selectividad y tras completar el tercer examen coincidían en la misma idea: “Lo más difícil es el curso”. A pesar de contar con una discapacidad, a ninguna de ellas les ha supuesto una barrera para estudiar y miran con ilusión su comienzo en la universidad. Andrea Incera ya tiene ganas de hacer las maletas para irse a Madrid a estudiar Psicología en la Complutense. Cuenta con una discapacidad auditiva por lo que se ve obligada a llevar un aparato para poder mejorar la escucha pero ello no le supone ningún obstáculo para afrontar la Selectividad tras haber finalizado con éxito el bachillerato en el IES Cizur Mayor. Las pruebas de Lengua y Literatura y la de Inglés cree que las superará con nota. No piensa lo mismo de la de Filosofía, “¿quién se iba a imaginar que nos iban a preguntar a Kant o Nietzsche?”, protestaba. Con ella coincidía María Pezonaga, alumna del IES Basoko, que señaló que conforme iba finalizando los exámenes iba relajándose. Tras realizar el bachiller de Ciencias Sociales tiene pensado estudiar Económicas en la UPNA y ayer realizó los exámenes en un aula separada del resto de sus compañeros debido a que una discapacidad motora le obliga a ir en silla de ruedas, algo que le ayudó para “estar más tranquila “. Al margen de Filosofía, María cree que obtendrá “buenas calificaciones” en Inglés y en Lengua y Literatura. Por su parte, Amaia Jauregui, del IES Plaza de la Cruz, mostraba su alegría tras haber realizado los tres exámenes con buenas expectativas. No obstante, Amaia no se libró de los nervios previos. “Me ha puesto muy nerviosa estar rodeada de tanta gente, en ese sentido has sido una afortunada”, le comentaba a su compañera por el hecho de hacer el examen sola. Amaia cuenta con la misma discapacidad que Andrea y al igual que ella lleva un aparato que le ayuda a llevar una vida normal. De cara al futuro tiene claro que quiere estudiar Fisioterapia aunque duda entre hacerlo en Tudela o Zaragoza. Andrea, María y Amaia demuestran que no existen barreras para hacer aquello que te propones y lanzan este mensaje a todos los jóvenes que puedan encontrarse en la misma situación que ellas. (A. Garcia Castillejo / noticiasdenavarra.com)

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